Total Pageviews

Sunday, June 5, 2011

ENTRADA VALIDA

Marzo 31

LEA: Juan 14:1-10
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. —Juan 14:6

Durante un viaje para enseñar fuera de los Estados Unidos, a mi esposa y a mí nos negaron la entrada al país donde íbamos, debido a problemas con el visado. Aunque pensábamos que la nación que planeábamos visitar había otorgado correctamente los permisos, los consideraron nulos. A pesar de los esfuerzos de varios funcionarios del gobierno, no se pudo hacer nada. No nos dejaron entrar y nos ubicaron en el siguiente vuelo, de regreso a nuestro país. Ninguna intervención pudo modificar el hecho de carecer de la autorización adecuada para ingresar.
Esa experiencia en mi vida fue angustiante, pero no puede compararse en lo más mínimo con el definitivo rechazo a entrar. Me estoy refiriendo a aquellos que se presenten delante de Dios sin un pase válido para entrar en el cielo. ¿Qué pasaría si mostraran su registro de esfuerzos religiosos y de buenas obras? No sería suficiente. ¿Qué sucedería si presentaran referencias sobre su personalidad? No serviría. Una sola cosa puede darle a una persona el ingreso al cielo. Jesús dijo: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí» (Juan 14:6).
Cristo solo, por medio de Su muerte y resurrección, pagó el precio por nuestros pecados. Y Él es el único que puede darnos el pase autorizado a la presencia del Padre. ¿Has puesto tu fe en Jesús? Asegúrate de tener esta entrada válida para ingresar al cielo.
Biblia en un año: Jueces 11–12 Lucas 6:1-26

Friday, June 3, 2011

SIRVELO HOY

MARZO 30

LEA: 1 Samuel 12:19-25
… vosotros habéis hecho todo este mal; pero con todo eso no os apartéis de en pos de Jehová, sino servidle con todo vuestro corazón. —1 Samuel 12:20

Casi todos nosotros hemos querido tanto alguna cosa que, aunque sabíamos que estaba mal, no paramos hasta conseguirla. Después, nos sentimos apenados por nuestra tozudez espiritual y estupidez. Como consecuencia de haber desobedecido voluntariamente a Dios, podemos enojarnos con nosotros mismos, insensibilizarnos a causa de la culpa o resignarnos a padecer los resultados de nuestra necia equivocación. Sin embargo, hay otra opción.
Cuando los integrantes del pueblo de Israel insistían en tener un rey, a pesar de las advertencias del profeta Samuel (1 Samuel 8:4-9), Dios les permitió hacer lo que querían. Pero, cuando se dieron cuenta de los trágicos resultados de su decisión, le pidieron a Samuel que los ayudara y que orara por ellos (12:19). El profeta le dijo al pueblo: «No temáis; vosotros habéis hecho todo este mal; pero con todo eso no os apartéis de en pos de Jehová, sino servidle con todo vuestro corazón» (12:20).
No podemos desandar el ayer, pero sí actuar hoy para cambiar el mañana. Samuel prometió orar por ellos y enseñarles la manera correcta de proceder. Los instó a hacer lo siguiente: «Solamente temed a Jehová y servidle de verdad con todo vuestro corazón, pues considerad cuán grandes cosas ha hecho por vosotros» (v. 24).
Dios nos invita a servirlo hoy y a reconocer con humildad Su perdón y Su fidelidad.
Biblia en un año: Jueces 9–10 Lucas 5:17-39