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Sunday, February 27, 2011

RAIZ DE PROBLEMA

FEBRERO 28

LEA: Romanos 3:10-18
Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. —Romanos 7:18

Cuando era niño, uno de mis dibujos animados favoritos de la televisión era Tom Terrific [El fabuloso Tom]. Cuando Tom enfrentaba un desafío, se ponía su gorra de pensar y reflexionaba sobre el asunto con su fiel compañero Mighty Manfred [El poderoso Manfred], el Perro Maravilla. Por lo general, la fuente de esos problemas era el archienemigo de Tom, Crabby Appleton. Hasta hoy, recuerdo cómo se describía en el programa a este villano: «Crabby Appleton, podrido hasta la médula».
La verdad es que todos nosotros compartimos el problema esencial de Crabby: alejados de Cristo, estamos todos podridos hasta la médula. El apóstol Pablo nos lo describió así: «… No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios» (Romanos 3:10-11). Ninguno de nosotros es capaz de vivir a la altura de los patrones de santidad perfectos de Dios. Debido a que, por nuestra condición, estamos separados de un Dios santo, Él envió a Su Hijo Jesús para entregarse y morir en la cruz, para recibir el castigo que nosotros merecemos, y después, resucitar. Ahora podemos ser «justificados gratuitamente por su gracia» por medio de la fe en Él (v. 24).
Jesucristo vino a buscar a personas «podridas hasta la médula» y a hacernos una «nueva creación» (2 Corintios 5:17). En Su bondad, solucionó nuestro problema por completo… hasta la médula.
Necesitamos más que un nuevo comienzo: precisamos un nuevo corazón.
Biblia en un año: Números 20–22 Marcos 7:1-13

UN RAMO DE ALABANZA

FEBRERO 27

LEA: 1 Pedro 4:7-11
… para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo… —1 Pedro 4:11

Corrie Ten Boom (1892–1983) fue sobreviviente de un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial y una creyente en Cristo que se convirtió en conferenciante popular en todo el mundo. Miles de personas asistían a sus reuniones para oírla hablar sobre cómo había aprendido a perdonar a sus captores del mismo modo que Cristo le había perdonado a ella sus pecados.
Después de cada encuentro, las personas la rodeaban y la colmaban de elogios por sus cualidades piadosas y le daban gracias por estimularlas en su andar con el Señor. Corrie decía que, después, cuando regresaba a su habitación en el hotel, se arrodillaba y le entregaba esos elogios a Dios como agradecimiento. Lo denominaba darle a Dios «un ramo de alabanza».
El Señor nos ha dado dones a cada uno de nosotros para usar en el servicio a los demás (1 Pedro 4:10), de manera que, «en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos» (v. 11). No tenemos nada que ofrecer a los demás que no hayamos recibido primero del Señor (1 Corintios 4:7); por lo tanto, la gloria le pertenece a Él.
Para aprender sobre la humildad, quizá podríamos seguir el ejemplo de Corrie. Si nos elogian por algo que dijimos o hicimos, entreguemos, en forma privada, un ramo de alabanza a Dios por la gloria que Él solo merece.
La alabanza es la flor más hermosa que brota del alma.
Biblia en un año: Números 17–19 Marcos 6:30-56


Saturday, February 26, 2011

CON ESPERANZA

FEBRERO 26 

LEA: Éxodo 6:1-13
Yo […] os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes… —Éxodo 6:6
Sixteen Tons [Dieciséis toneladas], escrita por Merle Travis y grabada por Tennessee Ernie Ford, se convirtió en la canción más popular de mediados de la década del cincuenta. La gente parecía identificarse con el lamento de este minero, que se sentía atrapado e incapaz de cambiar su situación, sin importar cuánto se esforzara. Los obreros de las minas de carbón solían vivir en casas de la compañía y se les pagaba con «bonos»: unos cupones que solo tenían validez en las tiendas que también pertenecían a la empresa. Aunque se lo citara para ir al cielo —decía el minero—, no podría hacerlo, porque le debía su alma a la tienda de la compañía.
Este sentimiento de desesperante resignación puede ayudarnos a entender cómo se sentía el pueblo hebreo durante sus 400 años de esclavitud en Egipto. Cuando Moisés les dijo que Dios había prometido liberarlos de la opresión, no le prestaron atención «a causa de la congoja de espíritu» (Éxodo 6:9). Estaban tan profundamente hundidos que no podían mirar hacia arriba.
Pero Dios hizo a su favor algo que ellos mismos no podían hacer. La liberación milagrosa que el Señor otorgó a Su pueblo simboliza Su intervención poderosa a nuestro favor por medio de Su Hijo Jesucristo. «Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos» (Romanos 5:6).
Cuando la vida está en su punto más bajo, todavía hay esperanza, por la maravillosa gracia de Dios.
No desespera aquel cuya esperanza está en Dios
Biblia en un año: Números 15–16 Marcos 6:1-29

Thursday, February 24, 2011

PAZ Y REPOSO PERFECTOS

FEBRERO 25

LEA: Salmo 71:19-24
Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males, volverás a darme vida… —Salmo 71:20

El salmista había visto «muchas angustias y males» (Salmo 71:20). No obstante, en el fondo de su mente abrigaba la idea de que Dios volvería a darle vida; que lo reviviría. Su planteamiento era el siguiente: «Tú, […], volverás a darme vida, y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra [la tumba]. Aumentarás mi grandeza, y volverás a consolarme» (vv. 20-21). Si las angustias y los males no terminaban en esta vida, sin duda, acabarían en el cielo.
Este concepto —que algún día estaremos en la presencia de Dios y disfrutaremos de Él para siempre— corona muchos de los salmos y es una afirmación que ayuda a que desaparezcan las dificultades de la vida actual (ver Salmos 16, 17, 49, 73).
Quizá el Señor sea el único que conozca la angustia que has experimentado, pero no todo termina aquí. Un día, tu Padre aumentará tu grandeza: serás revestido de una gloria inefable. Él volverá a consolarte: Su presencia y Su amor te darán paz y reposo.
Richard Baxter escribe: «¡Oh, qué día bendito será cuando […] esté de pie en la orilla y mire hacia atrás, hacia los mares embravecidos que, a salvo, atravesé; cuando rememore mis angustias y tristezas, mis miedos y mis lágrimas, y me adueñe de la gloria que estaba al final de todo!».
Cuando Dios enjuga nuestras lágrimas, la tristeza da paso a un cántico eterno.
Biblia en un año: Números 12–14 Marcos 5:21-43

LO IMPORTANTE

FEBRERO 24

LEA: Mateo 16:21-28
Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? —Mateo 16:26

Hace varios años, un amigo mío visitó una exposición donde se exhibían restos del famoso y lamentable viaje del Titanic. A los asistentes, se les daba una réplica de un billete con el nombre real de un pasajero o de un tripulante que, décadas antes, se había embarcado en el viaje de su vida. Después de que el grupo recorrió la muestra, donde vieron piezas de vajilla de plata y otros artefactos, la visita terminó con un giro inolvidable.
En una pizarra grande, aparecían los nombres de todos los pasajeros, junto a la categoría en que viajaban: primera clase, segunda clase, tripulación. Cuando mi amigo buscó el nombre de la persona del boleto que él tenía, observó una raya a lo largo de la pizarra, que dividía los nombres. Encima de la línea se mencionaba a aquellos que se habían «salvado» y debajo, los «perdidos».
El paralelo con nuestra vida en esta tierra es profundo. En realidad, no importa para nada la categoría a la que perteneces en este mundo. Lo único que importa, en definitiva, es si has sido «salvado» o si estás «perdido». Como dijo Jesús: «Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?» (Mateo 16:26). Quizá ya has confiado en Cristo como tu Salvador, pero ¿qué sucede con tus compañeros de viaje? En vez de catalogarlos por cuestiones externas, háblales de su destino final.
Para la eternidad, lo que uno cree es más importante que lo que lleva a cabo.
Biblia en un año: Números 9–11 Marcos 5:1-20

Tuesday, February 22, 2011

CREACION VARIADA

FEBRERO 23

LEA: Job 12:7-13
En su mano está el alma de todo viviente.- Job 12:10

¿Alguna vez te has detenido a pensar en las características asombrosas que Dios puso en los animales que creó? Job sí; y el avestruz es uno de los más interesantes sobre los que escribió. A pesar de su aparente insensatez y sus excéntricas cualidades para la crianza, su descendencia sobrevive (39:13-16). Además, aunque pertenece a la familia de las aves, no vuela… pero puede ir más rápido que un caballo (v. 18).
Otra criatura notable es el escarabajo bombardero. Este insecto africano dispara dos elementos comunes desde dos reservorios que tiene atrás: peróxido de hidrógeno e hidroquinona. Separadas, estas sustancias son innocuas; juntas, enceguecen a los depredadores del escarabajo. ¡Una válvula especial, interna, mezcla los elementos químicos y le permite bombardear a su enemigo a una velocidad extraordinaria! Y este bichito puede girar su «cañón» para disparar en cualquier dirección.
¿A qué se debe que un avestruz bastante atolondrado sobreviva a pesar de su aparente incapacidad para cuidar su cría mientras que el escarabajo bombardero precisa una reacción química sofisticada para poder permanecer en la tierra? A las habilidades creativas de Dios, que no sabe de límites. «… él mandó, y fueron creados», nos dice el salmista (148:5). Desde el avestruz hasta el escarabajo, la obra creadora de Dios es evidente, para que todos la veamos. «Alaben el nombre de Jehová» (Salmo 148:13).
El diseño de la creación señala al Diseñador Maestro.
Biblia en un año: Números 7–8 Marcos 4:21-41

MAYOR COMPASION

FEBRERO 22

LEA: Isaías 49:13-18
¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. —Isaías 49:15

Conocí a mi esposa Marlene cuando estaba en la universidad. Yo me estaba especializando en tareas pastorales y ella estudiaba para obtener su título en educación en escuelas primarias. La primera vez que la vi trabajando con los niños, supe que tenía un talento natural para esa labor. Le encantaban los pequeños, y esto se hizo más evidente cuando nos casamos y tuvimos nuestros propios hijos. Verla con ellos era una lección de amor y aceptación incondicionales. Me quedó bien claro que no hay nada en el mundo que pueda compararse con el tierno amor y la compasión de una madre hacia su bebé recién nacido.
Esto es lo que hace tan notable el texto de Isaías 49:15. Aquí Dios le dice a Su pueblo que se sentía abandonado y olvidado (v. 14), que Su compasión era aun mayor que la de una madre: «¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti».
A veces, enfrentamos luchas en la vida y somos tentados a creer que el Señor se ha olvidado de nosotros. Incluso podemos llegar a creer que Él ya no nos ama. Pero el amor de Dios hacia nosotros es tan amplio como los brazos extendidos de Cristo en la cruz. Y la tierna compasión de nuestro Padre celestial es más confiable y duradera que el amor de una madre que cuida a su bebé. Consuélate con esta verdad: Su amor nunca falla.
El amor de Dios hacia nosotros es tan amplio como los brazos extendidos de Cristo en la cruz.
Biblia en un año: Números 4–6 

Monday, February 21, 2011

RESOLUCION

FEBRERO 21

LEA: 1 Corintios 9:1-6
Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro… —Hechos 15:39
En mayo de 1884, una joven pareja no se ponía de acuerdo sobre el segundo nombre que le pondrían a su hijo recién nacido. La mamá prefería Salomón; el papá, Shippe; ambos de familiares. Como John y Martha no coincidían, acordaron ponerle «S». Así, Harry S. Truman se convertiría en el único presidente de los Estados Unidos cuyo segundo nombre es una inicial.
Más de 120 años después, todavía se sabe sobre este conflicto, pero también, que llegaron a una solución razonable.
En el Nuevo Testamento, leemos sobre otro desacuerdo que trascendió en la historia. En este caso, fue entre dos misioneros cristianos: Pablo y Bernabé (Hechos 15). Bernabé quería llevar a Marcos con ellos en un viaje para visitar algunas iglesias a las que anteriormente habían ayudado (v. 37), pero Pablo no confiaba en él debido a un incidente previo (v. 38). El desacuerdo entre Pablo y Bernabé fue tan grave que cada uno se fue por su lado (v. 39).
Dos mil años más tarde, todavía leemos sobre esta discusión. Lo importante no es que ha trascendido en la historia, sino que no dejó daños permanentes en esa relación. Aparentemente, Pablo se reconcilió con Bernabé, y, en sus últimos días, le pidió a Marcos que se quedara con él, diciendo: «… porque me es útil para el ministerio» (2 Timoteo 4:11).
Discusiones hay, pero debemos asegurarnos de solucionarlas. Los rencores son cargas demasiado pesadas para llevar.
El rencor es algo que empeora cuando recibe atención.
Biblia en un año: Números 1–3 Marcos 3

Sunday, February 20, 2011

¿QUIEN ES EL PUBLICO?

FEBRERO 20


LEA: Salmo 50:7-15
El que sacrifica alabanza me honrará… —Salmo 50:23

Yo solía pensar que el culto en la iglesia era un tiempo de esparcimiento. Hablando de gente como yo, Sören Kierkegaarg decía que somos proclives a considerar la iglesia como una especie de teatro: Nos sentamos en el auditorio y observamos con atención a los actores en el escenario. Si nos entretienen bastante, mostramos nuestra gratitud con un aplauso. Sin embargo, la iglesia debería ser lo opuesto a un teatro: Dios es el público que recibe nuestra adoración.
Lo más importante tiene lugar dentro del corazón de la congregación, no en el púlpito.
No deberíamos irnos de una reunión de adoración preguntándonos ¿qué recibí?, sino, mejor dicho, ¿le agradó a Dios lo que pasó?
El Señor se ocupó de darles detalles específicos a los israelitas sobre los sacrificios de animales para la adoración. Sin embargo, les dijo que no necesitaba esos animales: «No tomaré de tu casa becerros, ni machos cabríos de tus apriscos. Porque mía es toda bestia del bosque, y los millares de animales en los collados» (Salmo 50:9-10). Lo que Él quería de ellos era la alabanza y la obediencia (v. 23).
Al concentrarnos en las manifestaciones externas de la adoración, nosotros también nos equivocamos: Al Señor le interesa el sacrificio en el corazón, una actitud interna de sumisión y agradecimiento. La meta de la adoración es, ni más ni menos, satisfacer y agradar a Dios.
El corazón de la adoración es la adoración de corazón.
Biblia en un año:Levítico 26–27 Marcos 2

Saturday, February 19, 2011

AYUDA EN LA SALA DE EMERGENCIA

FEBREO 19


LEA: Gálatas 6:1-10
Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. —Gálatas 6:2

Hace poco, mi esposa Janet y yo aceptamos una invitación para cenar con una mujer creyente que asiste a nuestra clase de escuela dominical. En su anhelo de prepararnos una comida, se cortó profundamente el dedo índice. Mientras la llevábamos a la guardia del hospital, oramos por ella, y después nos quedamos a acompañarla en la sala de espera. Varias horas más tarde, nuestra amiga por fin vio al médico.
Cuando regresamos a su casa, nuestra anfitriona insistió en que nos quedáramos para compartir la comida que había preparado. Así fue que pasamos un hermoso momento charlando contentos y disfrutando de comunión espiritual. Mientras comíamos, ella nos contó sobre algunas situaciones tristes que había atravesado y cómo, en medio de esos vaivenes, había descubierto que la gracia de Dios llenó su vida.
Más tarde, mi esposa y yo reflexionábamos sobre el inesperado viaje al hospital y la comunión compartida que se había generado. Me vino a la mente este versículo: «Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo» (Gálatas 6:2). Al respaldar a nuestra anfitriona herida, ella fue bendecida. Posteriormente, ella misma se convirtió en una bendición para nosotros mediante su hospitalidad y su deliciosa comida.
En retrospectiva, veo que las experiencias dolorosas pueden ser una puerta maravillosa que abre paso a una comunión profunda, al sobrellevar los unos las cargas de los otros.
Una mano servicial puede aligerar la carga de otra persona
Biblia en un año: Levítico 25 


Thursday, February 17, 2011

SUEÑOS O DECISIONES?

FEBRERO 18

LEA: Filipenses 1:1-11
Para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo. —Filipenses 1:10

He recibido muchísimos consejos buenos en mi vida. Casi en lo más alto de la lista, se encuentra esta sabia observación que hizo un amigo mío: «La vida no está hecha de los sueños que tienes, sino de las decisiones que tomas».
Tiene razón. Tu vida actual es la suma total de las decisiones que has tomado hasta este momento. El apóstol Pablo dio un consejo similar, en Filipenses 1:10, cuando dijo: «… que aprobéis lo mejor». En una situación determinada, tenemos un amplio rango de elecciones, que van desde decisiones realmente corruptas, pasando por la mediocridad de alternativas intermedias, siguiendo por opciones buenas, hasta llegar a aquellas que son excelentes. Dios desea que completemos el proceso, que pasemos por alto nuestros impulsos naturales y que alcancemos decisiones insuperables.
Con frecuencia, tomar una decisión excelente es un desafío; en especial, cuando no hay muchos otros que se unan a nosotros. A veces, puede parecer que estuvieran reprimiéndose nuestros deseos y libertades. Sin embargo, si sigues el consejo de Pablo, notarás algunos resultados ciertamente positivos, como ser puro, sin mancha y fructífero (v. 11).
Decide vivir una vida llena de amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gálatas 5:22-23). Y después, ¡deléitate en el resultado!
Toma una excelente decisión y observa el efecto en cadena de bendiciones.
Biblia en un año: Levítico 23–24 

CAMBIO

FEBRERO 17

LEA: Mateo 3:1-12
… Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. […]. Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento. —Mateo 3:2, 8

Investigaciones médicas han comprobado que, aunque a las personas a quienes se les han hecho bypass coronarios se les indica que deben modificar su estilo de vida y que, si no lo hacen, pueden morir, aproximadamente el noventa por ciento no cambia. En general, dos años después de la cirugía, los pacientes no han modificado sus hábitos. Parece ser que la mayoría prefiere morir que cambiar.
Así como los médicos predican un mensaje de transformación física para prevenir la muerte, Juan el Bautista vino a comunicar un mensaje espiritual de cambio. «… Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado» (Mateo 3:2). Estaba preparando el camino para la manifestación final del reino de Dios: Jesús, el Mesías.
Arrepentirse significa cambiar la manera de pensar sobre Dios y la actitud hacia Él, lo que, en definitiva, transforma los actos y las decisiones de una persona. Los que se arrepienten y aceptan la provisión de Cristo para el perdón de los pecados por medio de Su muerte se salvarán de la muerte espiritual (Juan 3:16). El arrepentimiento implica confesar el pecado, con una tristeza piadosa, y después abandonarlo. Juan el Bautista llamaba a la gente a dejar una forma de vivir para adoptar otra que honrara a Dios.
En la actualidad, el Señor sigue invitándonos a arrepentirnos y, después, responder con «frutos dignos de arrepentimiento» (Mateo 3:8).
Arrepentirse significa odiar el pecado hasta el punto de alejarse de él.
Biblia en un año: Levítico 21–22 

Tuesday, February 15, 2011

TESORO ENTERRADO

FEBRERO 16

LEA: Levítico 19:9-15
Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley. —Salmo 119:18

Al haber crecido en la zona rural de Missouri, donde vivió el bandido norteamericano Jesse James (1847–1882), mis amigos y yo estábamos convencidos de que él había enterrado un tesoro cerca. Recorríamos los bosques soñando con encontrar una alforja o algún otro tesoro. Solíamos ver a un anciano que cortaba leña con un hacha enorme. Durante años, vimos que este misterioso «hachero» recorría penosamente las carreteras buscando latas de bebidas, su único tesoro. Después de cambiarlas por dinero, regresaba a su ruinosa casucha, sin techo y despintada, con una botella en una bolsa de papel marrón. Luego de su muerte, sus familiares encontraron fajos de dinero guardados en su destartalada casa.
Como el hachero que desconocía el tesoro que tenía, los creyentes, a veces, ignoramos partes de las Escrituras. Olvidamos que debemos utilizarla en su totalidad; que cada pasaje está incluido en el canon por un motivo. ¿Quién sabía que Levítico tiene un tesoro enterrado tan valioso? En siete eficaces versículos del capítulo 19, Dios nos enseña a proveer para los pobres y los desvalidos, sin quitarles la dignidad (vv. 9-10, 14); a manejar nuestros negocios con ética (vv. 11,13,15); y a respetar al Señor en nuestra vida cotidiana (v. 12).
Si tan solo unos versículos pueden contener un tesoro tan grande, piensa en todo lo que podría ser nuestro si buscáramos en la Biblia todos los días.
Cada palabra de la Biblia tiene un propósito; lo que no has leído es tu tesoro enterrado.
Biblia en un año:  Levítico 19–20 

Monday, February 14, 2011

CALOR Y SANTIDAD

FEBRERO 15

LEA: Isaías 43:1-13
… Cuando pases por el fuego, no te quemarás… —Isaías 43:2

¿Por qué mi cabello tarda tanto en secarse?, me preguntaba. Como de costumbre, estaba apurada y no quería salir con el pelo mojado en medio del clima invernal. Entonces, me di cuenta de lo que pasaba: para poner la temperatura del aire del secador de cabello como le gustaba a mi sobrina, lo había cambiado de «caliente» a «templado».
A menudo, me gustaría ser capaz de controlar las circunstancias de la vida con tanta facilidad como puedo cambiar el programa de mi secador de cabello. Elegiría una posición confortable: ni muy caliente ni muy frío. Con toda seguridad, no escogería ni el calor de la adversidad ni el fuego de la aflicción. Pero, en la esfera espiritual, con la tibieza no se consigue nada. Somos llamados a ser santos, y la santidad suele requerir «calor». Ser santo significa ser apartado para Dios; separado de todo lo inmundo o impuro. Para refinarnos y purificarnos, el Señor a veces usa el horno de la aflicción. El profeta Isaías dijo: «… Cuando pases por el fuego, no te quemarás…» (Isaías 43:2). No dijo: Si pasas. Y el apóstol Pedro señaló que las pruebas no deberían sorprendernos (1 Pedro 4:12).
Ninguno de nosotros sabe cuándo será llamado a caminar por el fuego ni cuán caliente estará el horno. No obstante, esto sí sabemos: El propósito de Dios al usar las llamas es purificarnos, no destruirnos.
La única forma en que Dios acelera la santificación es aumentando el calor.

Sunday, February 13, 2011

HACER AMIGOS!

FEBRERO 14

LEA: Juan 15:9-17
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. —Juan 15:14

La página web de la red social Facebook se lanzó en 2004 como un medio para que los estudiantes de nivel terciario se comunicaran unos con otros por Internet. Ahora está disponible para personas de todas las edades, y, actualmente, se estima que tiene unos 400 millones de usuarios. Cada uno de ellos posee una página exclusiva con fotos y detalles personales, que pueden ser vistos por «amigos». Hacerse «amigo» de una persona significa abrirle la puerta para comunicarse y brindar información acerca de quién eres, adónde vas y qué haces. Las amistades en Facebook pueden ser ocasionales o profundas, pero todas ellas son «solo por invitación».
Justo antes de que Jesús fuera crucificado, dijo a Sus discípulos: «Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer» (Juan 15:14-15).
La generosidad, la unidad de propósito y la confianza plena son distintivos de una amistad verdadera; especialmente, en nuestra relación con el Señor. Jesús tomó la iniciativa al dar Su vida por nosotros e invitarnos a conocerlo y a seguirlo.
¿Hemos aceptado la invitación del Señor Jesús para ser Sus amigos al abrir nuestro corazón sin guardarnos nada?
Jesús anhela ser nuestro amigo.
Biblia en un año: Levítico 15–16 

Saturday, February 12, 2011

EXALTALO!

FEBRERO 13

LEA: Salmo 46
… yo soy Dios; seré exaltado… —Salmo 46:10

«Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones…» (Salmo 46:10). Las palabras de esta canción, interpretada hace mucho tiempo en el templo de Jerusalén, me recuerdan una de nuestras tareas principales: adorar a nuestro asombroso Dios.
Una manera de hacerlo es meditando en Sus numerosos atributos. Exalta a Dios porque Él es fiel, eterno, omnisciente, justo, inmutable, bondadoso, santo, misericordioso, paciente, imparcial e infinito. Nuestro Dios es perfecto.
Exalta también al Señor al darte cuenta de que Él es todopoderoso, altísimo, personal, recto, inenarrable, sabio, trino, accesible, autoexistente, glorioso y compasivo.
Otra forma de adorar a Dios es contemplando Sus nombres. Exalta a Dios porque Él es Creador, Amor, Redentor, Pastor, Salvador, Señor y Padre. Es Juez, Consolador, Maestro. Él es YO SOY. Nuestro Señor es el Poderoso.
Refúgiate en Su identidad. Dios es nuestro escudo, refugio, luz, fortaleza, sustentador, rescatador; nuestro castillo.
Medita en los atributos de Dios. Contempla Sus nombres. Refúgiate en Su identidad. Adóralo, respétalo, hónralo, ámalo, exáltalo. Utiliza el resto de tu vida como un período de preparación para adorar por la eternidad a nuestro asombroso Dios.
Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya. —Salmo 150:6
Biblia en un año:  Levítico 14 

ACTIVIDAD VOLCANICA

FEBRERO 12


LEA: Efesios 4:29-32
El hombre iracundo levanta contiendas, y el furioso muchas veces peca. —Proverbios 29:22

Entra en erupción. Destruye todo lo que encuentra a su paso. ¡Su descarga es tan potente como la de una explosión nuclear!
Bueno, quizá no tanto, pero la furia puede ser tan intensa como un volcán, cuando se dirige especialmente a otro miembro de la familia. Tal vez el momento pase de inmediato, pero puede dejar sentimientos de amargura y provocar una devastación emocional.
Es lamentable que las personas que más amamos suelan ser el blanco de nuestras palabras hirientes. Sin embargo, cuando nos sentimos provocados, podemos decidir: ¿Reaccionaremos con ira o con amabilidad?
La Biblia nos dice que tenemos que despojarnos de la amargura y del enojo, y que debemos ser «benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también [nos] perdonó a [nosotros] en Cristo» (Efesios 4:32).
Si estás luchando contra un enojo crónico que daña tus relaciones interpersonales, somete esta parte vulnerable de tus emociones a la fortaleza de Cristo (Filipenses 4:13). Pídele a Dios que te perdone por tu temperamento descontrolado, que te muestre cómo moderar tus emociones y que te enseñe a honrar a los demás por encima de ti mismo (Romanos 12:10). Pide ayuda a otras personas para que te enseñen a lidiar de manera apropiada con tu carácter fuerte.
A medida que procuremos amar a los demás y agradar a Dios con vehemencia, obtendremos la victoria sobre un temperamento volcánico.
Perder el control no es la manera de librarte de él.
Biblia en un año: