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Wednesday, September 21, 2011

MAS ALLÁ DEL STATUS QUO


Dia 22
LEA: Juan 5:35-47
Y no queréis venir a mí para que tengáis vida. —Juan 5:40

El Dr. Jack Mezirow, profesor emérito de Columbia Teachers College, cree que un elemento básico en la enseñanza a adultos es desafiar las arraigadas percepciones personales y evaluar nuestro discernimiento con una actitud crítica. Dice que los adultos aprenden mejor cuando se enfrentan con lo que él denomina un «dilema desorientador»: algo que «te ayuda a reflexionar drásticamente sobre las suposiciones que has adquirido» (Barbara Strauch, The New York Times). Esto es la contracara de decir: «Lo tengo muy claro; no me confundan con los hechos».

Cuando Jesús sanó durante el día de reposo, desafió las creencias profundamente arraigadas de muchos líderes religiosos, y ellos procuraron silenciarlo (Juan 5:16-18). Jesús les dijo: «Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida» (vv. 39-40).

Oswald Chambers señaló: «El Señor tiene una manera de exponer realidades que confunde las doctrinas de un hombre si estas se interponen en Su camino para llegar a su alma».

Las experiencias perturbadoras que nos llevan a cuestionar nuestras suposiciones acerca del Señor pueden guiarnos a una comprensión más profunda de Su persona y a confiar en Dios… si estamos dispuestos a analizarlas y a ir a Él.

«La vida que no se examina no vale la pena vivirla» —Sócrates.

Biblia en un año:
Eclesiastés 10–12
Gálatas 1

UNA LECCIÓN SOBRE EL LLANTO


Dia 21
LEA: Apocalipsis 21:1-7
Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación… —Mateo 5:4

¿Alguna vez se te rompió el corazón? ¿Cuál fue la causa? ¿Crueldad, fracaso, infidelidad, pérdida? Quizá te escurriste en la oscuridad para llorar.

Es bueno llorar. «Las lágrimas son la única cura para el llanto», dijo el predicador escocés George MacDonald. Llorar un poco le hace bien a la persona.

Jesús lloró ante la tumba de Su amigo Lázaro (Juan 11:35), y también llora con nosotros (v. 33). Nuestras lágrimas captan la compasión y el interés de nuestro Señor. Él está al tanto de nuestras noches de angustia e insomnio. Su corazón se duele cuando sufrimos. Él es el «Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones» (2 Corintios 1:3-4). Además, utiliza a Su pueblo para que se consuele mutuamente.

No obstante, las lágrimas y nuestra necesidad de consuelo vuelven con demasiada frecuencia en esta vida. El consuelo presente no es la respuesta final. Hay un día futuro cuando ya no habrá muerte, ni tristeza ni llanto, porque todas estas cosas «pasaron» (Apocalipsis 21:4). Allí, en el cielo, Dios enjugará toda lágrima. Nuestro Señor nos ama tanto y Su amor es tan profundo y personal, que Él mismo será quien seque las lágrimas de nuestros ojos.

Recuerda, «bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación» (Mateo 5:4).

Dios se preocupa por nuestras angustias y las comparte.

Biblia en un año:
Eclesiastés 7–9
2 Corintios 13

¿Estás preparado?


Dia 20
LEA: 2 Pedro 3:1-13
El Señor no retarda su promesa… —2 Pedro 3:9


Muchos recordarán el segundo semestre de 2008 como el principio de la peor crisis financiera desde la Gran Depresión de 1929. Durante los meses siguientes, gran cantidad de gente se quedó sin trabajo, sin casa y sin inversiones. Un año después, en una entrevista en la BBC, Alan Greenspan, ex director de la Reserva Federal de los Estados Unidos, señaló que la mayoría de la gente cree que esto no volverá a suceder. Dijo: «La inextinguible capacidad del ser humano cuando se enfrenta con largos períodos de prosperidad es suponer que la situación seguirá del mismo modo».


Suponer que las cosas continuarán como siempre no es un punto de vista exclusivo del siglo xxi. En el siglo i, Pablo escribió sobre algunas personas que pensaban que la vida seguiría igual y que Cristo no regresaría. Dijo: «… desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación» (2 Pedro 3:4). Jesús dijo que iba a volver, pero la gente seguía viviendo en desobediencia, como si Él nunca fuera a regresar. Pero Su tardanza se debe únicamente a la paciencia de Dios para con nosotros, porque Él no quiere «que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento» (v. 9).


Pablo nos dice que los creyentes deben vivir «sobria, justa y piadosamente», a la luz del seguro retorno de Cristo (Tito 2:12). ¿Estás preparado para encontrarte con Él?


Jesús puede venir en cualquier momento, así que, deberíamos estar preparados siempre.


Biblia en un año: 
Eclesiastés 4–6
2 Corintios 12

EPOCA DE ALTIBAJOS


Dia 19
LEA: Eclesiastés 3:1-8
Tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar. —Eclesiastés 3:4


Casi todos coincidiríamos en que la vida tiene altibajos. El sabio rey Salomón estaba convencido de esto y reflexionó sobre nuestras reacciones ante las circunstancias fluctuantes. En Eclesiastés, escribió: «Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. […] tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar» (3:1-4).


El padre de Salomón, David, fue considerado «un varón conforme [al] corazón [de Dios]» (1 Samuel 13:14; Hechos 13:22). Sin embargo, su vida ilustra que esta puede estar llena de épocas buenas y malas. David lloró por la enfermedad mortal de su primer hijo, que tuvo con Betsabé (2 Samuel 12:22). Aun así, también escribió canciones de alabanza y de gozosa alegría (Salmo 126:1-3). Con la muerte de su rebelde hijo Absalón, atravesó un período de profunda angustia (2 Samuel 18:33). Y cuando el arca del pacto fue llevada a Jerusalén, David danzó delante del Señor en un éxtasis espiritual (2 Samuel 6:12-15).


Nos perjudicamos a nosotros mismos y a los demás cuando decimos que la vida cristiana es tranquila y feliz todo el tiempo. La Biblia, en cambio, describe el andar del creyente como una serie de altibajos. ¿En qué período te encuentras? Ya sea que atravesemos un tiempo de gozo o de tristeza, cada época debería motivarnos a buscar al Señor y a confiar en Él.


Cada época requiere fe para atravesarla.


Biblia en un año: 
Eclesiastés 1–3
2 Corintios 11:16-33

Sunday, September 18, 2011

PAPI!


Dia 18
LEA: 2 Reyes 19:10-19
Inclina, oh Jehová, tu oído, y oye; abre, oh Jehová, tus ojos, y mira… —2 Reyes 19:16

Santiago, de 20 meses de edad, guiaba confiadamente a su familia por el pasillo de su inmensa iglesia. El papá no le quitaba los ojos de encima mientras el niño se abría camino entre la multitud de «gigantes». De pronto, el muchachito entró en pánico porque no podía ver a su padre. Se detuvo, miró para todos lados y empezó a gritar: «¡Papi! ¡Papi!». Al instante, su papá se le puso al lado y el pequeño Santiaguito le extendió la mano, la cual el padre sujetó con fuerza. De inmediato, el niño se quedó tranquilo.

En 2 Reyes, se narra la historia del rey Ezequías, el cual recurrió a Dios para que lo ayudara (19:15). Senaquerib, el rey de Asiria, lo había amenazado a él y al pueblo de Judá, diciendo: «… No te engañe tu Dios en quien tú confías […]. He aquí tú has oído lo que han hecho los reyes de Asiria a todas las tierras, destruyéndolas; ¿y escaparás tú? (vv. 10-11). El rey Ezequías recurrió al Señor y oró pidiéndole que los librara, «para que sepan todos los reinos de la tierra que sólo tú, Jehová, eres Dios» (vv. 14-19). En respuesta a su oración, el ángel del Señor atacó al enemigo y Senaquerib se retiró (vv. 20-36).

Si estás atravesando una situación en la que necesitas la ayuda de Dios, extiende tu mano hacia Él en oración. El Señor ha prometido enviar Su consuelo y auxilio (2 Corintios 1:3-4; Hebreos 4:16).

El amanecer de la liberación divina suele venir después de la hora de prueba más oscura.

Biblia en un año:
Proverbios 30–31
2 Corintios 11:1-15

Friday, September 16, 2011

SIN MARCHA ATRAS



Dia 17
LEA: Éxodo 16:1-12
… En la tarde sabréis que Jehová os ha sacado de la tierra de Egipto. —Éxodo 16:6


La primera vez que la vi, me enamoré. Era hermosa. Elegante. Limpia. Radiante. En cuanto divisé la berlina Ford Thunderbird 1962 en el estacionamiento de automóviles usados, su brillante exterior y su mortífero interior me atrajeron. Sabía que era el coche para mí. Así que, me despojé de 800 dólares y compré mi primer auto.


Pero dentro de mi preciada posesión acechaba un problema. Pocos meses después de comprar mi T-Bird, repentinamente empezó a mostrarse rara en cuanto a la dirección en que podía conducirla. Me dejaba avanzar, pero no podía retroceder. No tenía marcha atrás.


Aunque no tener marcha atrás es un problema para un automóvil, a veces es bueno que nosotros nos parezcamos un poco a mi viejo T-Bird. Es necesario que sigamos avanzando, sin posibilidad de poner la vida marcha atrás. En nuestro andar con Cristo, debemos negarnos a retroceder. Pablo lo dijo con sencillez: «… prosigo a la meta…» (Filipenses 3:14).


Quizá el pueblo de Israel podría haber usado la caja de cambios de mi T-Bird. En Éxodo 16, leemos que corrían peligro de poner la vida marcha atrás. A pesar de los numerosos milagros que Dios había hecho, anhelaban volver a Egipto y no confiaban en que Él podía guiarlos para seguir adelante.


Es necesario que nos mantengamos avanzando en nuestro andar con Dios. No retrocedamos. Miremos hacia adelante. Sigamos adelante.


Cuando enfrentes una crisis, confía en Dios y sigue avanzando.


Biblia en un año: 
Proverbios 27–29
2 Corintios 10

SE UN PAJE DE ARMAS



Dia 16
LEA: 1 Samuel 14:1-14
… Haz todo lo que tienes en tu corazón; ve, pues aquí estoy contigo a tu voluntad. —1 Samuel 14:7

Los israelitas y los filisteos estaban en guerra. Mientras Saúl descansaba con sus hombres debajo de un granado, Jonatán y su paje de armas salieron silenciosamente del campamento para ver si el Señor obraría a favor de ellos, ya que estaban convencidos de que «no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos» (1 Samuel 14:6).

Jonatán y su asistente estaban a punto de cruzar un sendero entre dos altos peñascos. Soldados enemigos, armados, estaban posicionados encima de ellos, a ambos lados. Eran dos hombres contra quién sabe cuántos. Cuando Jonatán sugirió que subieran para atacarlos, el paje de armas nunca se acobardó. «Haz todo lo que tienes en tu corazón», le dijo al príncipe. «Aquí estoy contigo a tu voluntad» (v. 7). Entonces, los dos subieron al peñasco y, con la ayuda de Dios, derrotaron al enemigo (vv. 8-14). Debemos admirar a este valiente paje de armas: escaló ese peñasco cargando con toda la armadura y se quedó con Jonatán, siguiéndolo por detrás y matando a todos los que él hería.

La iglesia necesita líderes fuertes que enfrenten a nuestros enemigos espirituales, pero no debemos dejar que lo hagan solos. Ellos necesitan la ayuda y el respaldo de todos los miembros de la congregación; fieles «pajes de armas» como tú y yo que estén dispuestos a unirse a ellos en la batalla contra el «enemigo de nuestras almas».

Los líderes dan lo mejor de sí cuando la gente los respalda.

Biblia en un año:
Proverbios 25–26
2 Corintios 9

Wednesday, September 14, 2011

LEVANTAMIENTO DE PESAS


Dia 15
LEA: Mateo 11:25-30
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados… —Mateo 11:28

Un día, encontré a mi hijo completamente tenso intentando levantar sobre su cabeza una barra con un par de pesas de casi dos kilogramos… una hazaña ambiciosa para un niño pequeño. Solo la había separado unos centímetros del suelo, pero su mirada mostraba que estaba decidido a hacerlo y su cara estaba roja por el esfuerzo. Entonces, me ofrecí para ayudarlo y, juntos, logramos levantar el peso hacia el techo. El levantamiento de pesas que era tan difícil para él, fue fácil para mí.

Jesús tiene esta misma perspectiva respecto a las cosas que nos resultan difíciles de manejar. Cuando la vida parece una sucesión de catástrofes, al Señor no lo perturba una pequeña colisión con el automóvil, un dolor de muelas ni una discusión acalorada. ¡Ni aunque todo esto suceda el mismo día! Él puede encargarse de todo y, por esta razón, dijo: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados…» (Mateo 11:28).

¿Estás agotado por los incesantes problemas? ¿Te sientes aplastado por el estrés y las preocupaciones? Jesús es la única solución verdadera. Acercarnos al Señor en oración nos permite echar sobre Él nuestras cargas para que nos sostenga (Salmo 55:22). Pídele hoy que te ayude con todas tus cosas. Al ayudarte a llevar la carga, puede darte el descanso que tu alma necesita, porque Su yugo es fácil y Su carga es liviana (Mateo 11:29-30).

La oración es el lugar donde las cargas cambian de hombro.

Biblia en un año:
Proverbios 22–24
2 Corintios 8

ELEVARCE HACIA LA CIMA


Dia 14
LEA: 1 Samuel 15:17-30
Nada hagáis por contienda o por vanagloria… —Filipenses 2:3

«Falta de ambición». Esta es una frase que no te gustaría ver en tu evaluación laboral. En lo que respecta al trabajo, los empleados que no tienen ambiciones raras veces ascienden a la cima de una organización. Nada se consigue si no existe un imperioso deseo de lograr algo. No obstante, la ambición tiene un lado oscuro. A menudo, se refiere más a elevar el yo que a llevar a cabo alguna tarea noble para beneficio de los demás.

Así sucedió con muchos de los reyes de Israel, incluso con el primero. Saúl empezó con humildad, pero gradualmente fue considerando que su posición era algo que le pertenecía. Se olvidó de que Dios le había encomendado que liderara a Su pueblo escogido para que este les mostrara a otras naciones cómo llegar a Él. Cuando el Señor lo relevó de sus funciones, lo único que le preocupaba a Saúl era su propia persona (1 Samuel 15:30).

En un mundo donde la ambición suele impulsar a las personas a hacer lo que sea necesario para ascender a posiciones de poder sobre los demás, Dios llama a Su pueblo a vivir de una manera nueva y diferente. No debemos hacer nada motivados por una ambición egoísta (Filipenses 2:3), y tenemos que dejar de lado el peso del pecado que nos atrapa (Hebreos 12:1).

Si deseas ser alguien que realmente «asciende», haz que tu ambición sea amar y servir a Dios con humildad, con todo tu corazón, alma, mente y fuerzas (Marcos 12:30).

Si nuestra mirada no está enfocada en Dios, la ambición es corta de vista.

Biblia en un año: 
Proverbios 19–21
2 Corintios 7

Monday, September 12, 2011

AMNESIA DE CARACTER




Dia 13
LEA: Job 1:13-22
Hubo […] un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. —Job 1:1


Al parecer, los jóvenes chinos están empezando a olvidar cómo escribir los caracteres que componen la hermosa caligrafía de su idioma tradicional. Algunos denominan este fenómeno «amnesia de carácter». El extendido uso de computadores y de teléfonos móviles suele significar que se descuida la escritura y que algunos ya no pueden recordar los caracteres que aprendieron en la niñez. Un joven dijo: «La gente ya no escribe más a mano, excepto el nombre y la dirección».


Algunas personas parecen tener una clase diferente de «amnesia de carácter». Cuando enfrentan un dilema, parecen «olvidarse» de cuál es el proceder correcto y, en su lugar, escogen la salida más fácil.


Dios dijo que Job era «hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal» (Job 1:8). Permitió que Satanás le quitara todo lo que tenía: hijos, riqueza y salud. Sin embargo, a pesar de esas circunstancias que le desgarraron el corazón, Job se negó a maldecir a Dios. «En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno» (v. 22). Satanás había contradicho la afirmación del Señor respecto al carácter impecable de Job, pero se comprobó que estaba equivocado.


¿Amnesia de carácter? No. El carácter es lo que somos; no es algo que «olvidamos». Los que pierden el carácter lo hacen a propósito.


Cuando la riqueza se va, se pierde poco; cuando se va la salud, algo; pero si se va el carácter, ¡todo está perdido!


Biblia en un año: 
Proverbios 16–18
2 Corintios 6
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Saturday, September 10, 2011

PROPUESTA DE MATRIMONIO





Dia 27LEA: Filipenses 2:1-11[Jesús] se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. —Filipenses 2:8
Cuando estudiaba en la universidad, oí muchísimas historias sobre compromisos. Mis soñadoras amigas hablaban de restaurantes glamorosos, atardeceres en la montaña y paseos en carruajes tirados por caballos. También recuerdo sobre un muchacho que simplemente le lavó los pies a su novia. Su «modesta propuesta de matrimonio» demostraba que entendía que la humildad es vital en un compromiso para toda la vida.

El apóstol Pablo también comprendía el significado de la humildad y su eficacia para mantenernos unidos. Esto es particularmente importante en el matrimonio. Pablo instó a resistir los impulsos de «primero yo»: «Nada hagáis por contienda o por vanagloria…» (Filipenses 2:3). En cambio, deberíamos valorar a nuestros cónyuges más que a nosotros mismos, y ocuparnos de complacerlos.

La humildad en acción significa servir al cónyuge, y ningún servicio es demasiado pequeño ni demasiado grande. Después de todo, Jesucristo «… se humilló a sí mismo, […] hasta la muerte, y muerte de cruz» (v. 8). Su generosidad manifestó Su amor hacia nosotros.

¿Qué puedes hacer hoy para servir con humildad a la persona que amas? Quizá sea algo tan sencillo como no incluir coles de Bruselas en el menú o tan difícil como ayudarlo durante una larga enfermedad. Sea lo que sea, poner las necesidades del cónyuge por encima de las personales confirma el compromiso mutuo que practica una humildad como la de Cristo.

Si piensas que se puede amar demasiado al cónyuge, quizá no hayas amado lo suficiente.

Biblia en un año: 
Salmos 120–122
1 Corintios 9