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Monday, February 21, 2011

RESOLUCION

FEBRERO 21

LEA: 1 Corintios 9:1-6
Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro… —Hechos 15:39
En mayo de 1884, una joven pareja no se ponía de acuerdo sobre el segundo nombre que le pondrían a su hijo recién nacido. La mamá prefería Salomón; el papá, Shippe; ambos de familiares. Como John y Martha no coincidían, acordaron ponerle «S». Así, Harry S. Truman se convertiría en el único presidente de los Estados Unidos cuyo segundo nombre es una inicial.
Más de 120 años después, todavía se sabe sobre este conflicto, pero también, que llegaron a una solución razonable.
En el Nuevo Testamento, leemos sobre otro desacuerdo que trascendió en la historia. En este caso, fue entre dos misioneros cristianos: Pablo y Bernabé (Hechos 15). Bernabé quería llevar a Marcos con ellos en un viaje para visitar algunas iglesias a las que anteriormente habían ayudado (v. 37), pero Pablo no confiaba en él debido a un incidente previo (v. 38). El desacuerdo entre Pablo y Bernabé fue tan grave que cada uno se fue por su lado (v. 39).
Dos mil años más tarde, todavía leemos sobre esta discusión. Lo importante no es que ha trascendido en la historia, sino que no dejó daños permanentes en esa relación. Aparentemente, Pablo se reconcilió con Bernabé, y, en sus últimos días, le pidió a Marcos que se quedara con él, diciendo: «… porque me es útil para el ministerio» (2 Timoteo 4:11).
Discusiones hay, pero debemos asegurarnos de solucionarlas. Los rencores son cargas demasiado pesadas para llevar.
El rencor es algo que empeora cuando recibe atención.
Biblia en un año: Números 1–3 Marcos 3

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